El corazón no se olvida
de tus manos de amor,
que aún alientan mis ojos de niña,
mientras ordeno tu casa
y coloco las figuritas
de nuestro viejo belén...
de nuestro viejo belén...
No se olvida el corazón
de tus lecciones de literatura,
que aún alientan mi inspiración,
mientras acuno las palabras
y acaricio los versos
para alumbrar el poema...
El corazón no se olvida
de mis niños y sus alas en vuelo,
que aún alientan mi esperanza,
mientras les envío mi fortaleza
y mi ánimo para volver
volando en la distancia...
No se olvida el corazón
de tu amistad generosa y fiel,
que aún alienta mi fé en la eternidad,
mientras dibujo en mis letras
nuestro paisaje entrañable
de azucenas en vuelo...
El corazón no se olvida
de la luz que abraza mi ventana
y que aún alienta mi vida,
mientras agradezco en silencio
que todo acabe y
empiece cada día...
Por todo ello mi alma sueña,
vuela y danza en la noche.
Siente la magia del espíritu,
que renace de nuevo
en ese Niño de Belén,
que nunca, nunca se olvida...
Imagen del blog de Marek:
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Corral de Almaguer 24-12-2016
M.Jesús Muñoz